- ¿Otra vez estás a dieta, Antonio?
- Sí, tito, otra vez. Me toca pesar y controlar cada caloría de proteína, de grasas y de hidratos de carbono porque...
- Si adelgazar fuera tan fácil como contar calorías, ya hace mucho que los ingenieros habríamos inventado la calculadora para perder peso.
- Jajajaja. Qué cabr*n eres, tito ¿Ya quieres quitarle el trabajo a los nutricionistas?
- ¿Los nutricionistas? Para temas de enfermedades vale, pero en cuanto a la pérdida de peso tengo serias dudas sobre su utilidad.
- Pero ¿¡qué dices!?
Mi tío Fernando era un fenómeno. Sabía mucho de muchas cosas, pero también le gustaba tocarme la fibra.
Él sabía que yo quería ser nutricionista y "me daba caña" con eso. Mucha caña.
- A ver, ¿Qué dirías de los ingenieros si llevásemos 100 años de cálculos y estudios y cada vez se nos cayeran más y más puentes? ¿Qué pensarías de mi profesión?
- Hombre... visto así...
- Pues eso mismo pienso yo de ellos.
La conversación continuó en torno a mis intentos frustrados de adelgazar y la carrera de nutrición, pero a mí ya se me había quedado aquello dando vueltas en la cabeza.
Sé que no es una verdad absoluta, pero yo entendí perfectamente lo que mi tío quiso decirme y...